Enfócate en el Cliente, Define tu Propuesta de Valor y ¡a Emprender!
- Emprender va mucho más allá de tener una buena idea. Es un proceso complejo que debe ser organizado.
- Saber por dónde empezar tu emprendimiento puede marcar la diferencia entre triunfar o fracasar.
- Definir la propuesta de valor de tu emprendimiento puede ser mucho más fácil con la aplicación del Business Model Canvas.
En los últimos años, emprender ha sido uno de los términos con más resonancia en los negocios. Y es que hay muchas razones por las que se puede decidir emprender. Pero lo que realmente representa un verdadero reto es no solo sobrevivir, sino mantenerse y alcanzar el éxito.
Emprender no solo requiere de una decisión, sino que el emprendedor esté debidamente capacitado para ello. En su camino siempre aparecerán infinidad de desafíos y riesgos que deberá afrontar y superar.
En este post queremos compartir contigo una guía de por dónde comenzar si quieres emprender. Y te decimos uno de los factores clave para lograr un buen desarrollo de tu emprendimiento y que este tenga éxito.
Una propuesta de valor clara, llamativa y enfocada en el cliente es el mejor punto de partida para tu emprendimiento.
Contenido
Emprender: ¿por dónde comenzar?
Antes de continuar, es importante entender qué es emprender, ya que este es un concepto que con frecuencia se emplea de manera incorrecta.
En la “Guía para Emprendedores”, de Mauricio Morillo Wellenius, el término “emprendimiento” se define como el hecho de aprovechar una oportunidad de negocio a través de una idea innovadora, que tiene como objetivo generar valor.
En esta guía también se establecen los factores básicos que se deben presentar al momento de emprender:
- Emprendedor. Se entiende como la persona (o un conjunto de ellas) que impulsa la acción de emprender.
- Oportunidad de negocio. Es el momento en el cual el mercado se encuentra en disposición de admitir un nuevo modelo de negocio, producto o servicio que satisfaga o resuelva una necesidad o problema.
- Idea. Es la propuesta que busca dar solución al problema o satisfacer la necesidad. Esta es la base del emprendimiento.
- Innovación. La idea debe destacarse por presentar algo novedoso y diferente.
- Valor. Se refiere al(los) beneficio(s) que el emprendimiento ofrece a sus clientes y otros involucrados, como los accionistas, los colaboradores, la sociedad, etc. Esto le dará un carácter diferenciador.
Por lo tanto, para dar inicio a un emprendimiento debes comenzar por responderte con total sinceridad las siguientes preguntas:
- ¿Estás dispuesto a asumir los retos de ser un emprendedor y a trabajar incluso los fines de semana?
- ¿Existe en el mercado una oportunidad de negocio? Muchos emprendimientos fracasan porque sencillamente no atienden ninguna necesidad.
- ¿Tienes una idea innovadora que pueda satisfacer una necesidad o resolver un problema que se presenta?
- ¿Qué beneficios ofrece tu idea a los clientes y otros involucrados? ¿Por qué motivo te comprarían a ti y no a la competencia directa e indirecta?
De esta última pregunta se desprende uno de los pilares más importantes de un emprendimiento: la propuesta de valor.
La propuesta de valor como factor relevante para el emprendimiento
Para decirlo de forma sencilla, una propuesta de valor no es más que la forma en la que tu producto o servicio puede ofrecer beneficios a tus clientes. Imaginemos que es esa canasta con beneficios que ofrecemos al cliente cada vez que se concreta una venta.
Presenta de una manera altamente convincente las razones por las que un posible comprador debe convertirse en tu cliente. Asimismo, destaca aquello que te hace diferente de tus competidores. De esta forma, conseguirás que te discutan menos por el precio.
Una propuesta de valor bien definida atrae a los clientes apropiados, aquellos que se identificarán con tu empresa y con lo que ella ofrece.
Por lo tanto, crear una propuesta de valor que sea clara es importante para tu emprendimiento, esta le traerá muchas ventajas:
- Los potenciales clientes comprenderán rápida y fácilmente lo que ofrece tu empresa. Esto reduce el riesgo de que crean que no puedes satisfacerlos y busquen en otro lado.
- Atrae a los clientes apropiados. Solo harán contacto con tu empresa aquellos que realmente se identifiquen o estén interesados en lo que tu empresa ofrece. Esto contribuirá a incrementar las posibilidades de conversión.
- Ayuda a crear atracción en el cliente. Tus clientes ideales verán por qué tu empresa es la mejor alternativa disponible para satisfacer sus necesidades o solventar sus problemas.
¿Cómo desarrollar una propuesta de valor convincente al emprender?
Lo primero que hay que destacar es que tu propuesta de valor debe enfocarse en tu cliente. Esto es lo que hace el Business Model Canvas, creado por Alexander Osterwalder. Te recomendamos aplicarlo para diseñar tu propuesta de valor al momento de emprender con pie firme.
Este modelo plantea elaborar un perfil de cliente ideal y un mapa de valor que deberá encajar de acuerdo a una metodología gráfica denominada “lienzo de valor”.
Al final del proceso tendrás definida la propuesta de valor de tu emprendimiento. Veamos cómo se hace:
El perfil del cliente
Para poder generar el perfil de tu cliente, debes analizar tres aspectos fundamentales:
- Los trabajos del cliente: son aquellos elementos que busca resolver el cliente, ya sea en su vida laboral o personal. Estos pueden ser de tipo funcional, social o emocional, y dependen mucho del contexto específico del cliente.
- Las frustraciones o dolores del cliente: es todo aquello que puede obstaculizar o causar molestia al cliente en el proceso de solucionar su problema o satisfacer su necesidad. En ellas se incluyen problemas, resultados no deseados y riesgos.
- Las alegrías o beneficios del cliente: se refiere a los resultados beneficiosos que quiere obtener el cliente. Se categorizan como alegrías necesarias, alegrías esperadas, alegrías deseadas y alegrías inesperadas.
El mapa de valor
Para crear tu mapa de valor, es necesario considerar los siguientes aspectos:
- Productos y servicios: realiza una lista de todos los productos y servicios que ofreces o piensas ofrecer a tus clientes y que resuelven su problema o necesidad. Estos pueden ser físicos, intangibles, digitales y financieros.
- Aliviadores de frustraciones: son aquellas características que tiene tu producto o servicio que favorecen al cliente. Es decir, hacen más placentera y/o rápida la solución de su problema o la satisfacción de su necesidad. No es necesario que se alivien todas las frustraciones existentes, pero las que se hagan, deben lograrse de forma excepcional.
- Creadores de alegrías: describen cómo puedes generar satisfacción en tus clientes. Es decir, cómo esperas generar los resultados que tu cliente espera, desea, o incluso, con los que podría sorprenderse. Concéntrate en aquellos que tienen mucha relevancia o que te darían un elemento para diferenciarte.
El encaje o conexión
Cuando tu propuesta de valor resuelve trabajos importantes de tus clientes, alivia sus frustraciones y le crea alegrías, entonces hay encaje. De esta forma, tienes una propuesta de valor que concuerda con lo que quieren tus clientes.
Gracias a ello, tu emprendimiento incrementa sus posibilidades de éxito. Sin embargo, este proceso no es solo al inicio. Debe hacerse de manera continua para que tus productos y/o servicios no pierdan vigencia y se mantengan competitivos.
El modelo de negocio de un emprendimiento debe incluir una buena propuesta de valor y el uso de las nuevas tecnologías.
Otro factor muy importante a tener en cuenta es el reto que representa para los emprendedores el constante desarrollo tecnológico. La inteligencia artificial y el uso de la tecnología es algo que debe estar presente en el modelo de negocio.
El mercado futuro se proyecta cada vez más demandante de procesos ágiles, seguros y amigables. Todas estas características están garantizadas por el uso de herramientas tecnológicas.
Conclusión
En Bold Consulting Group sabemos que para emprender hay muchos factores que entran en juego. De hecho, al hacerlo, lo único seguro en el camino es que hay que superar retos a cada paso.
Un buen inicio predispone favorablemente al éxito y parte de eso es tener una propuesta de valor sólida y efectiva, que se enfoque en el cliente.
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